Carta Pastoral.- Solemnidad de la Anunciación del Señor en el Año de la Fe

Jornada por la vida
Queridos fieles diocesanos:
En pleno tiempo Pascual celebramos el día 8 de abril, Solemnidad de la Anunciación del Señor, esta jornada anual. El anuncio del ángel a María, la Virgen de Nazaret, y la Encarnación del Hijo de Dios, por obra del Espíritu Santo, fue el inicio del gran acontecimiento en la historia humana: la vida humana del Verbo, segunda Persona de la Santísima Trinidad.
Coincidiendo con la celebración anual de esta Solemnidad la Iglesia viene celebrando esta jornada por la vida, para fortalecer la fe de los creyentes y anunciar a todos los hombres y mujeres que la vida humana es siempre un don precioso de Dios. Su grandeza y dignidad exigen su respeto y cuidado desde su primer instante hasta su muerte natural.
La vida, toda vida humana, es una condición anterior previa a todo derecho que la regule. Por esta razón sería preferible hablar de defensa de la vida, en vez de derecho a la vida.
Nuestro querido Papa Emérito Benedicto XVI nos dice que “la fe cristiana es por esencia un grande y radical ‘sí’; lo que en la vida se presenta como un ‘no’ es tan sólo defensa del ‘sí’ contra la negación de la vida que se camufla como derecho de la libertad, cuando en realidad es camino de muerte”.
Bienes tan serios como la vida, la dignidad y los derechos fundamentales de la persona nunca deben convertirse en mercancía de ninguna clase. Quienes tienen el poder en la sociedad, tienen también la responsabilidad de trabajar por el bien común, sin imponer proyectos ideológicos de ningún tipo. Defendiéndose siempre la verdad de la vida que es sagrada y no está a disposición nuestra.
Celebramos esta jornada en todas las Iglesias abiertas al culto en la Diócesis para implorar al Señor misericordia que ilumine nuestras mentes, mueva nuestros corazones y ayude a cambiar el rumbo de cualquier atentado contra la vida humana.
Desde este amor prestaremos un gran servicio a niños no nacidos para que lleguen a nacer; a madres que necesiten de nuestra ayuda y cercanía; a médicos fieles a su juramento hipocrático; a nuestros legisladores para que pongan las verdaderas bases de una sociedad libre y avanzada a favor de este bien fundamental.
Con mi saludo y bendición.
 + RAMÓN DEL HOYO LÓPEZ, OBISPO DE JAÉN

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