¡Ya estamos en agosto!... y cuando nos demos cuenta, estará aquí septiembre, y así, poco a poco, despediremos el verano para dar la bienvenida al otoño…. Pero aún queda mucho, vivamos el día a día.
En pocos días (D.m), comenzaremos nuestra peregrinación... (Fátima, Galicia...Salamanca), pero ahora, me gustaría ofreceros una pequeña reflexíón atribuida al cardenal Bergoglio, hoy sucesor de Pedro, el papa Francisco.
Comentaba el entonces cardenal argentino que en muchas ocasiones oraba contemplando su mano y, en cada dedo, encontraba un motivo para orar.
* El siguiente dedo es el índice. Ora por quienes enseñan, instruyen y sanan. Esto incluye a los maestros, profesores, médicos y sacerdotes. Ellos necesitan apoyo y sabiduría para indicar la dirección correcta a los demás. Tenlos siempre presentes en tus oraciones.
* El siguiente dedo es el más alto. Nos recuerda a nuestros líderes. Ora por el presidente, los congresistas, los empresarios, y los gerentes. Estas personas dirigen los destinos de nuestra patria y guían a la opinión pública.. Necesitan la guía de Dios.
* El cuarto dedo es nuestro dedo anular. Aunque a muchos les sorprenda, es nuestro dedo más débil, como te lo puede decir cualquier profesor de piano. Debe recordarnos orar por los más débiles, por los que tienen muchos problemas o están postrados por alguna enfermedades. Necesitan tus oraciones de día y de noche. Nunca será demasiado lo que ores por ellos.
* Y por último está nuestro dedo meñique, el más pequeño de todos los dedos, que es como debemos vernos ante Dios y los demás. Como dice la Biblia "los últimos serán los primeros". Tu meñique debe recordarte orar por ti. Cuando ya hayas orado por los otros cuatro grupos verás tus propias necesidades en la perspectiva correcta, y podrás orar mejor por las tuyas.
Me parece un interesante ejercicio, no sé qué os puede parecer. A veces nos complicamos mucho con la oración, y resulta que puede llegar a ser mucho más fácil de lo que pensamos.
Decía así:
* El primer dedo que contemplamos es el pulgar, este es el más cercano a ti. Así que empieza orando por quienes están más cerca de ti. Son las personas más fáciles de recordar. Orar por nuestros seres queridos es "una dulce obligación". * El siguiente dedo es el índice. Ora por quienes enseñan, instruyen y sanan. Esto incluye a los maestros, profesores, médicos y sacerdotes. Ellos necesitan apoyo y sabiduría para indicar la dirección correcta a los demás. Tenlos siempre presentes en tus oraciones.
* El siguiente dedo es el más alto. Nos recuerda a nuestros líderes. Ora por el presidente, los congresistas, los empresarios, y los gerentes. Estas personas dirigen los destinos de nuestra patria y guían a la opinión pública.. Necesitan la guía de Dios.
* El cuarto dedo es nuestro dedo anular. Aunque a muchos les sorprenda, es nuestro dedo más débil, como te lo puede decir cualquier profesor de piano. Debe recordarnos orar por los más débiles, por los que tienen muchos problemas o están postrados por alguna enfermedades. Necesitan tus oraciones de día y de noche. Nunca será demasiado lo que ores por ellos.
* Y por último está nuestro dedo meñique, el más pequeño de todos los dedos, que es como debemos vernos ante Dios y los demás. Como dice la Biblia "los últimos serán los primeros". Tu meñique debe recordarte orar por ti. Cuando ya hayas orado por los otros cuatro grupos verás tus propias necesidades en la perspectiva correcta, y podrás orar mejor por las tuyas.
Me parece un interesante ejercicio, no sé qué os puede parecer. A veces nos complicamos mucho con la oración, y resulta que puede llegar a ser mucho más fácil de lo que pensamos.
La fe es esa tenue luz que no habita en la oscuridad, sino que es brillo en nuestras tinieblas...
La luz de la fe nos alienta y nos ayuda a dar lo mejor de nosotros mismos.
La luz de la fe nos alienta y nos ayuda a dar lo mejor de nosotros mismos.
Un abrazo a todos,
Mj
Muchas gracias, María José, por compartir esta reflexión sobre la oración. Útil como lo son las cosas sencillas, sencilla como lo son las cosas útiles. Esta forma de ver la oración es un detalle más que nos ayuda a ver el sentido espiritual y humano del obispo de Roma, como él suele llamarse. Francisco es toda una bendición para la Iglesia. Quiero aprovechar para agradecerte también el excelente trabajo que haces en el blog. Completo, variado, actualizado, atractivo. Todo un lujo para las Parroquias de Alcaudete. Gracias
ResponderEliminarGracias, Javier.
ResponderEliminarCoincido en que Franciso es una bendición, y espero que deje una profunda huella en la Iglesia, haciéndola aún más viva en la virtud que debemos tener todos los cristianos...la Caridad.
Recientemente se ha creado un grupo en las redes sociales "facebook" de las parroquias de Alcaudete. Está abierto con la intención de que todos podamos aportar y compartir un poquito de esta...nuestra fe.
Si deseas visitarlo sólo debes poner en el buscador de "facebook" -Parroquias de Alcaudete-, automáticamente formarias parte de él.
Gracias de nuevo. MJ
Comparto el comentario de Javier.María José me ha encantado la reflexión.Deseo lo pases muy bien en la peregrinación, y pidas al Apostol y a la Virgen por los que nos quedamos.
ResponderEliminarGracias Conchi.
ResponderEliminarLa peregrinación fue estupenda. En breve se subirán algunas fotos de la misma.
Hubo momentos muy bonitos y para ser recordados. Y en ellos, tuve presente a muchas personas que aprecio y no pudisteis ir.
Un abrazo. MJ