11 de febrero.- Jornada Mundial del Enfermo (Ntra. Señora de Lourdes)

Imagen de Ntra. Sra. de Lourdes en la gruta de Massabielle
 
La advocación católica de Nuestra Señora de Lourdes hace referencia a las dieciocho apariciones de la Virgen María que Bernadette Soubirous (1844-1879) afirmó haber presenciado en la gruta de Massabielle, a orillas del río Gave, en las afueras de la población de Lourdes, Francia, en 1858.
Ya en vida de Bernadette, multitud de católicos creyeron en las apariciones de la Virgen María como gracia de Dios, y el papa Pío IX autorizó al obispo local para que permitiera la veneración de la Virgen María en Lourdes en 1862, unos diecisiete años antes de la muerte de Bernadette.
Bernadette Soubirous fue proclamada santa por Pío XI el 8 de diciembre de 1933. Desde entonces, la advocación de la Virgen María como Nuestra Señora de Lourdes ha sido motivo de gran veneración, y su santuario es uno de los más visitados del mundo.
La Iglesia católica invoca a Nuestra Señora de Lourdes como patrona de los enfermos.
Por otra parte, las autoridades de la Iglesia católica han expresado explícitamente su devoción a Nuestra Señora de Lourdes de diferentes formas, "La Iglesia, por la voz de sus papas, no ha cesado de recomendar que presten atención al mensaje de Lourdes".
Por ello, el calendario litúrgico celebra la "Festividad de Nuestra Señora de Lourdes" el día de la primera aparición, es decir, el 11 de febrero. Y en 1992, el papa Juan Pablo II instituyó la celebración de la "Jornada Mundial del Enfermo" a realizarse el 11 de febrero de cada año, siempre en memoria litúrgica de Nuestra Señora de Lourdes.
 
Y con todo lo expuesto, me viene a la memoria mi primera y única visita a Lourdes.
Fue una tarde del pasado mes de agosto cuando por primera vez me encontré frente a la gruta de Massabielle.
Encontré una paz como pocas veces en mi vida he llegado a experimentar, tuve la sensación clara y nítida de que me encontraba en un lugar santo.
Son muchos los momentos en los que mi estancia allí estuvo marcada por el silencio ante todo lo que mi alma estaba descubriendo.
Era impresionante, el lugar estaba lleno de personas enfermas, muchas de ellas inválidas, otras con enfermedades graves...pero a pesar de todo, allí se respiraba esperanza, vida y una verdadera y auténtica religiosidad.
Tuve constancia de la inmensa labor que allí hacen los voluntarios al ayudar a estas personas que tanto lo necesitaban.
No quisiera dejar pasar lo experimentado en las piscinas de Lourdes.
Es impresionante la cantidad de personas que con profunda fe y amor, esperaban para bañarse en estas.
Grandes grupos de personas, algunas en un avanzado estado de enfermedad, cada una con una trayectoria de vida, una situación personal, un grado de enfermedad...
Cuando llegó el momento de meterme en la piscina, no sabría describir mis sentimientos... nunca habia sentido tan profundamente mi pequeñez...deseaba ser humilde, despojarme de todo, ser como los enfermos más enfermos, en ocasiones rechazados... no tener nada de nada, solo mi cuerpo que es como Dios nos hizo a todos...todos iguales a su imagen y semejanza.
Oí que me decian "pide a la Virgen por tus intenciones"... y muchos pensamientos pasaron por mi mente, pero me impesionó por un momento, el comprender que ante los ojos de la Virgen todos somos iguales, no importa nuestra profesión, nuestra situación social,  sólo vale la fe y la humildad. 
Fueron muchas las experiencias vividas con mis compañeros de viaje; la procesión de las antorchas con los enfermos, la procesión del Santísimo, la Misa Internacional... muchas las sensaciones vividas...en definitiva fue un viaje que me transportó a un lugar diferente, y en donde sentí la calma y tranquilidad que sólo Lourdes te da.

"Dios ha escogido lo que el mundo tiene por necio, para poner en ridículo a los que se creen sabios; ha escogido lo que el mundo tiene por débil, para poner en ridículo a los que se creen fuertes; ha escogido lo humilde, lo despreciable, lo que no cuenta a los ojos del mundo, para anular a quienes piensan que son algo” (1Corintios 1, 23).
Muchas veces lo que Dios elige para realizar su obra son vidas pobres, quizás enfermas o insignificantes a los ojos del mundo.
MJ

2 comentarios:

  1. Tomás Villén Roldán10 de febrero de 2013, 10:58

    En pocas palabras esto es fe. Imposible desacerse de tanta belleza y ternura.Dios toma nota de aquellos que creen en Él y hablan de su bondad.Dios los llama sus joyas.

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  2. De nuevo me vuelvo a sorprender con estas palabras de este escrito tan sabias, profundas y maravillosas con las que a descrito tu viaje. Seguro que todos los que lean este escrito se quedan con ganas de hacer este viaje. Espero poder hacerlo alguna vez y venir con la misma sensación como la escrita aqui.
    I.S

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