Una Cuaresma desde Dios


"Si vivimos la Cuaresma desde Dios, se convertirá en la mejor preparación para la gran fiesta de la Pascua"

A veces podemos recorrer los cuarenta días de la Cuaresma, quizás desde una perspectiva errónea, sin darles su auténtico sentido. 
¿Cuándo ocurre esto? Cuando vemos la Cuaresma como una tradición de la Iglesia más o menos comprensible pero sin mucho sentido en el ajetreado tiempo que nos ha tocado vivir; cuando buscamos maneras de hacer algunos sacrificios para "cumplir" estos días; cuando nos esforzamos por ser un poco más austeros, pero enseguida volvemos a los momentos de fiesta y desbordada alegría... Es entoces, cuando no hemos comprendido el verdadero sentido de la Cuaresma.
¿Podríamos recorrer estos cuarenta días que nos preparan  a la Pascua desde una pespectiva justa? Sí, efectívamente, si los consideramos como un momento para orar, ayunar, servir, dar, entregarse, confiar; si los vivimos como una invitación de Dios a la conversión, al arrepentimiento, al cambio de conducta; si los aprovechamos para dedicar más tiempo a la lectura de la Biblia... Es sólo así cuando habremos hecho un buen uso de estos días tan particulares en el calendario cristiano.
La Cuaresma es un tiempo en el que Dios nos invita, nos llama, nos ofrece ocasiones maravillosas para redescubrir nuestra identidad cristiana.
¡Ya estamos en Cuaresma! Si la vivimos desde Dios, si la sentimos como un momento de gracia, de mayor compromiso, se convertirá en la mejor preparación para la Pascua. Sólo entoces, la noticia de la Muerte y de la Resurrección de Cristo llegará más dentro y más fuerte a nuestras vidas; nos permitirá vivir los días de Pascua y todo el resto del año como personas nuevas y redimidas.

1 comentario:

  1. Buena reflexión trabajador de las mies es verdad que la mayoría somos así, pero con buenas reflexiones como estas aprenderemos a vivir la cuaresma siendo profundos y auténticos cristianos.

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