El pasado sábado, Antonio Lozano Marín, de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Villacarrillo, recibía el sacramento del orden sacerdotal.
La celebración, presidida por el Sr. Obispo, D. Ramón del Hoyo López, comenzaba a las 11 de la mañana en la S. I. Catedral de Jaén. Estuvo concelebrada, además, por el Sr. Obispo emérito de Cádiz y Ceuta, D. Antonio Ceballos, así como por el Deán de la Catedral, los Vicarios Episcopales, el Rector y los formadores del Seminario Mayor y por numerosos sacerdotes diocesanos.
Igualmente, asistieron multitud de familiares y amigos que quisieron acompañar al joven en su entrega al servicio de Cristo y de la Iglesia.
Durante su homilía D. Ramón del Hoyo hizo hincapié en la importancia de este día, un día de alegría para esta Iglesia diocesana de Jaén y un motivo muy especial para dar gracias a Dios. “Es un día de alegría en el sentido de que el Señor otorga a esta Iglesia un nuevo sacerdote dispuesto a entregarse generosamente por los fieles que la providencia de Dios le vaya asignando a lo largo del recorrido de su vida. Y es también un día de acción de gracias a Dios porque el sacerdocio siempre es un don completamente gratuito del Señor. Él es quién llama y el que da las cualidades necesarias para responder a esa llamada desde nuestra libertad. Alegrémonos, por tanto, porque este hermano nuestro ha sido instrumento dócil en las manos de Dios para responderle y llegar hasta aquí”.
Asimismo, el Sr. Obispo quiso aconsejar y animar al nuevo sacerdote en su tarea presbiteral.
Durante la ceremonia, Antonio Lozano hizo sus promesas y se postró durante la proclamación de las letanías de los santos. El Sr. Obispo y los demás presbíteros procedieron a la imposición de las manos como signo de transmisión del Espíritu Santo. Tras revestirse con la estola y la casulla, el Sr. Obispo le hizo la unción de las manos y le entregó el cáliz y la patena. Finalmente, los prelados y los sacerdotes abrazaron al nuevo presbítero.
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