Cáritas atiende ya a más de 32.000 familias en la provincia de Jaén

En una entrevista para el periódico ABC el Obispo de la Diócesis, D. Ramón del Hoyo, llama a colocar la dignidad humana como uno de los valores básicos de la sociedad.
- Una larga crisis que está obligando a emplearse a fondo a las Cáritas. ¿Cómo está la situación en Jaén donde, además las cifras de desempleo son la más altas de España?
      La tasa de paro en la provincia ha pasado del 39,13%, en 2012, al 40,37% hasta en 2013. Se ha incrementado el número de personas atendidas por las Cáritas en toda la geografía de Jaén. Se ha superado el número de 32.000 familias atendidas solo por Cáritas.
     Ha aumentado, por otra parte, el número de familias que no reciben ningún ingreso por haber agotado las prestaciones y, además, sus propias familias carecen también ya de recursos. Todo ello provoca la necesidad de tener que ayudar al pago de alquileres, agua, luz, material escolar, alimentación infantil y ropa, aparte de la alimentación. Ello ha llevado a que el importe de las ayudas por familia se haya triplicado durante el último año.
     Mientras tanto los servicios sociales municipales carecen de recursos para estas atenciones, pase a ser obligación suya la de atender todas las ayudas de emergencia.
 
     -Los jienenses han demostrado, cada vez que se les ha pedido, que son muy generosos. Sin embargo las administraciones siguen recortando los fondos,  ¿cómo están afectando a los programas y mecanismos de ayuda que tienen en marcha?
     Precisamente la generosidad demostrada por los jienenses es la que está permitiendo que los programas y proyectos de todas las Cáritas de la Diócesis estén desarrollándose con normalidad.
     Deseo advertir que muchas de las ayudas que oferta la Junta de Andalucía están condicionadas a un control de la gestión ordinaria de Cáritas, que como institución no puede aceptar por atentar a su libertad de acción y su naturaleza. Por ello Cáritas se ve obligada a renunciar a las mismas, por ejemplo, a una subvención de 150.000 € para comprar alimentos y atender a los comedores abiertos por esta institución de la Iglesia.
     Es esta generosidad de los jienenses, particulares y empresas, la que ha permitido cubrir en el año 2012 el 60,78% del total de su presupuesto.
 
     -La Iglesia sigue estando en primera línea de la lucha contra la pobreza y exclusión. ¿Qué echan de menos en ese trabajo? ¿Más colaboración institucional, social, dinero, mejores infraestructuras?
     Se echa de menos una mayor colaboración institucional. Parecería que la situación que sufren las familias no tuviera nada que ver con la Administración pública, principal responsable. Todas las Administraciones, local, autonómica y estatal, tienen como obligación prioritaria, como bien sabemos, cubrir las necesidades básicas de todas las familias, sin embargo no lo hacen. A veces más de uno pensamos que como existen organizaciones, como Cáritas, que las cubren, ya tienen resuelto el gravísimo problema. Incluso cuando arbitran medidas, como el Decreto de la Red Alimentaria Andaluza de la Junta de Andalucía, parece que es más para controlar a las organizaciones sociales implicadas, que para resolver de verdad los problemas existentes.
     Detrás de todo ello, o en el fondo, se aprecia una gravísima falta de valor en nuestra sociedad respecto a la dignidad de todo ser humano. Parecería que este valor básico y prioritario ocupara el último puesto en la escala de valores, incluso en algunos responsables públicos.
 
     -Y, mientras hacen ese trabajo, ¿qué opina de esa ola de anticlericalismo que surge desde la izquierda, que ha llegado a pedir la revocación de los acuerdos de la Santa Sede? 
     La vida de los cristianos y su comunidad, la Iglesia, no es bien conocida por no pocos desde sus orígenes. Sin embargo, limitados y pecadores como los demás, en todas las épocas nos hemos preocupado por los más desfavorecidos con misericordia, sin distinciones de credo, color o situación social. Esto debe molestar a algunos, no se sabe porqué. Si a Jesucristo, que pasó por la vida “haciendo el bien”, le llevaron a la cruz, sus discípulos siguen su mismo camino.
     Y, en cuanto a la “revocación” de los Acuerdos, diré que la Iglesia católica procura mantener relaciones reguladas con todos los Estados mediante instrumentos jurídicos muy variados. Estos tratados siempre son susceptibles de posibles cambios, como ha sucedido entre la Sede Apostólica y el Estado español durante los últimos siglos. Oír, una y otra vez, la propuesta de denuncia de los Acuerdos actuales suena ya, a más de uno, como amenaza. No se trata de una cuestión baladí y pienso convendría mayor prudencia en ello.
 
-Con el Papa Francisco todo el mundo habla de un nuevo estilo, de otras formas en la Iglesia Católica… ¿eso se va trasladando a las parroquias?
El Papa Francisco no dice nada nuevo o distinto de los pontífices que le han precedido, en lo sustantivo. El Evangelio de Jesucristo es el mismo desde sus orígenes y lo será siempre.
Sí es nuevo su estilo para comunicar y formas de actuar. Expresa con hechos y palabras su ser de cristiano, con peculiaridades propias en cada persona, pero con una misma fuente para todos: Jesucristo.
El pasado 24 de noviembre promulgó la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium “La alegría del Evangelio”, en la que invita a los católicos a “una nueva etapa evangelizadora marcada por la alegría”. Se trata de un documento al que deberíamos acercarnos todos para conocer y aprender los caminos que marca a la Iglesia católica para los próximos años.
 
-¿Ve brotes verdes en la situación actual?
No soy adivino. Cada día que amanece es nuevo y es a esa realidad a la que debemos atenernos, con realismo y esperanza.
Me duele profundamente leer y escuchar cifras reales de pobreza que tienen rostros concretos. Los pobres son cada día más pobres y esta realidad debería avergonzarnos a todos y aunar sentimientos, dejando a un lado otros intereses e ideologías.
Este año 2014 será un poco o un mucho mejor que los anteriores si, quienes podemos hacerlo, nos acostumbramos a mirar de frente y escuchar el clamor de los necesitados, que pasan a nuestro lado, y les ofrecemos nuestra mano generosa. “Los brotes verdes” nacen de la generosidad y del amor de toda la sociedad. Si continuamos encerrados en nuestros egoísmos y partidismos pocas cosas cambiarán. Es tarea de todos, pero sobre todo de nuestros políticos. Un grano de arena no hace granero, pero ayuda al compañero.

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