Queridos fieles diocesanos:
1. El penúltimo domingo del presente mes de octubre, como en años anteriores, celebraremos la Jornada Mundial de las Misiones. Con esta ocasión quisiera invitaros a todos, de forma especial a los niños y niñas, a pensar en la importancia y urgencia que tiene nuestra acción misionera. Todos, en realidad, como bautizados somos DOMUND.
Las palabras de Jesús de Nazaret, antes de su Ascensión al cielo, continúan resonando entre nosotros cuando encomendó a los Apóstoles el mandato misionero: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 19-20).
Después de veinte siglos queda aún mucho por hacer. El Señor continúa invitándonos hoy a sus discípulos a seguir su mandato misionero. Pensemos que la Iglesia es misionera por su propia naturaleza y este mandato de Cristo no es algo contingente o pasajero sino que alcanza al corazón mismo de la Iglesia para siempre .
2. El lema escogido para la Jornada de este año “Fe + Caridad = Misión”, nos invita a tomar conciencia, ante los múltiples y graves desafíos de nuestro tiempo, de que la evangelización es la suprema manifestación de la caridad.
A veces tendemos a reducir el término “caridad” a la solidaridad o a la simple ayuda humanitaria, pero hemos de saber que el servicio a la Palabra de Dios, darla a conocer y hacer partícipes a otros de la Buena Nueva del Evangelio, es la promoción más importante a favor de la persona humana.
En este sentido el Papa Pablo VI, escribió que el anuncio de Cristo es el primer y principal factor de desarrollo y, Benedicto XVI insiste asimismo, que la verdad originaria del amor de Dios por nosotros, vivida y anunciada, abre nuestra existencia a aceptar este amor haciendo posible el desarrollo integral de la humanidad y de cada hombre.
De hecho si preguntáramos a nuestros misioneros o misioneras extendidos por todo el mundo, más de 120 giennenses, sobre las razones de su vocación nos dirían: Quería comunicar mi experiencia cristiana y me hice uno de ellos. En definitiva, es su caridad la razón de su ser misionero, sin localismos, ni fronteras.
3. Sigamos pensando en este Año de la Fe que no hemos de reservarnos ese regalo de Dios sólo para nosotros. De hecho el día en que todas las comunidades cristianas y cada uno de los bautizados tomemos en serio comunicar nuestra fe entre los familiares, amigos, compañeros de profesión y ambientales en que nos movemos, ese día habremos comenzado la Nueva Evangelización. Cuando nos demos cuenta y tomemos en serio que “la fe es un don que se nos da para compartirla”, habrá despertado una nueva vocación misionera.
Recordemos y apoyemos a nuestros misioneros y misioneras en este día del DOMUND y durante los demás días del año. Agradecemos su generosa entrega y procuremos nuestra cercanía afectiva, a pesar de su distancia, desde la Delegación Episcopal de Misiones y Dirección diocesana de Obras Misionales Pontificias.
Recemos por todos ellos y seamos especialmente generosos en nuestras limosnas, al tiempo que pedimos al Señor de la mies que envíe abundantes obreros a su viña en todas sus latitudes.
Con mi saludo agradecido en el Señor.Ramón del Hoyo López, Obispo de Jaén
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