Alumbra tu camino...

Os dejo un pequeño cuentecito que me parece maravilloso.
Pienso que siempre es bonito leer estos pequeños relatos que nos dan lecciones tan estupendas. 
- Espero que os guste -
 
Había, hace muchos años atrás, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las calles oscuras llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella.
En un momento determinado, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce. Se da cuenta que es Guno, el ciego del pueblo.
Entoces, le dice;
-¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú  no ves...
El ciego, responde;
-Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí...
No sólo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.

Con todo mi cariño os digo;
Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que también pueda ser visto por otros, aunque aparentemente no lo necesiten.
¡Qué hermoso sería sí todos ilumináramos los caminos de los demás! Sin fijarnos si lo necesitan o no... llevar luz y no oscuridad...
Si toda la gente encendiera una luz, el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día con mayor intensidad...
El que alguien toque mi vida es un privilegio, el poder tocar la vida de alguién es un honor, pero el ayudar a que otros toquen sus propias vidas es un placer indescriptible. 
Gracias a todos aquellos que habéis iluminado mi vida en algún trayecto de esta experiencia... os deseo unos días intensos de vida, amor y paz.
Un abrazo entrañable.                                                                                                                           
 

3 comentarios:

  1. que cuento mas bonito que dice que nos ayudemos unos a otros como tiene que ser y olvidamos, sin envidias y de ejemplo de amor.manuel

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  2. Un relato maravilloso que anima a preocuparnos por el projimo antes que por uno mismo.
    Una lección estupenda y para seguir, porque si todos hicieramos lo mismo el mundo entero se humanizaría.

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  3. Un relato muy bueno, con vuestro permiso lo tomo para exponer en la red.

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