Queridos fieles diocesano:
1. Hace muy pocas fechas les anunciaba la preparación de la Visita al Santo Padre de los Obispos de España y a los sepulcros de los santos apóstoles Pedro y Pablo, además de varias congregaciones y Consejos pontificios.
Gracias a Dios todo se ha realizado conforme al orden y según las fechas que nos habían señalado. Han podido acompañarme en casi todos los actos dos de los Vicarios Episcopales, el Secretario Canciller y el Secretario de la Visita. Se lo agradezco de corazón. Verdaderamente han sido fechas inolvidables y llenas de profunda alegría interior por múltiples motivos. En todo momento hemos tenido muy presente a nuestra Diócesis de Jaén.
Nos dijo el Santo Padre a los obispos, durante el breve encuentro que mantuvimos el pasado día tres, que trabajáramos con ilusión para lograr que todos descubrieran a Jesucristo como “amigo y hermano” y que no ahorráramos esfuerzos “para abrir nuevos caminos al Evangelio”. Por primera vez pude saludar al Santo Padre.
2. No se siente menos ilusión el poder celebrar la Santa Misa junto a los sepulcros de los apóstoles san Pedro y san Pablo.
Una lápida, esculpida en piedra, al pie de las reliquias del primero en la Basílica Vaticana, da fe de ello: Sepulcrum Sancti Petri Apostoli, sepulcro de san Pedro Apóstol, y, en la Basílica de san Pablo, con grandes caracteres pintado sobre uno de los muros laterales, puede leerse: Vas electionis. Doctor Gentium. Vaso de elección, doctor de las gentes. Sus reliquias se encuentran en una pequeña cripta.
No resulta difícil, en estos recintos sagrados tan singulares, trasladar nuestro pensamiento al ministerio apostólico que iluminó ya entonces a los primeros cristianos y así ha continuado haciéndolo a través de veinte siglos de historia. Predicaron a Jesucristo y dieron testimonio de su fe entregando su vida por Él. Su sangre fue semilla de incontables primaveras de generaciones de cristianos. Su luz continúa iluminando nuestros pasos.
¡Qué bien se entienden y qué fuerza tienen las palabras del Credo pronunciadas junto a estos sepulcros!. Las llaves que Cristo entregó a Pedro y la Palabra de Pablo extendida de comunidad en comunidad hasta hoy, nos animan con fuerza para caminar con Cristo y predicar su Evangelio.
3. No produce menos emoción y agradecimiento poder saludar y departir personalmente con el Papa Francisco. Pude entregarle en mano, en nombre de todos los diocesanos, un facsímil del Cántico Espiritual de san Juan de la Cruz, cuyo original se encuentra en el Monasterio de MM. Carmelitas de Jaén, junto con una pequeña ofrenda que puse a su disposición.
Son momentos, imborrables, también para los sacerdotes que me acompañaban. Le solicité una bendición especial para todos los fieles diocesanos y así lo hizo, envuelta de esa sonrisa abierta, tan característica de su persona.
4. Lo importante, sin embargo, del momento que se extendió por más de una hora con todos los obispos de Andalucía fue el diálogo directo y fraternal que mantuvimos sobre temas muy variados de nuestro ministerio, insistió una y otra vez en nuestra cercanía con todos los fieles. Se preocupó por la situación de los emigrantes y personas sin trabajo, por los seminaristas y sacerdotes, por la religiosidad popular, por la familia y el futuro sínodo. Su lenguaje es directo y claro, entremezclado con anécdotas. Infunde esperanza y alegría. Es un hombre de Dios.
La barca de Pedro, nuestra querida Madre la Iglesia está en buenas manos. Nos pidió rezáramos por él y así lo haremos diariamente. Agradezco también sus oraciones durante estos días.
Con mi saludo agradecido en el Señor.
+ Ramón del Hoyo López
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