En este momento especial de nuestra Madre la Iglesia de Jesucristo oramos por los Eminentísimos Cardenales para que guiados por la acción del Espíritu, designen a un nuevo sucesor en la Cátedra de Pedro al haberse producido la vacante de Su Santidad Benedicto XVI.
Leemos en el libro de los Hechos de los Apóstoles que, en casa de María la madre de Juan por sobrenombre Marcos, a donde se dirigió el Apóstol Pedro una vez liberado de la cárcel, encontró “a muchos reunidos en oración” (Hch 12, 12).
Si ya he solicitado a los Monasterios de monjas contemplativas de la Diócesis su oración por estas intenciones[1], en esta nueva carta lo hago a todos los fieles diocesanos, de forma especial a los niños y niñas, también a los enfermos. Que los sacerdotes tomen la iniciativa y que sea un clamor continuado ante Dios, en medio del silencio cuaresmal, camino de la Pascua. Vivamos estos próximos días en íntima comunión, unidos a toda la Iglesia, presididos por nuestra Madre la Virgen Santísima.
Con el fin de orientar, asimismo, algunos aspectos concretos de la vida diocesana en relación con la liturgia, a partir de que se produzca la Sede Vacante de Pedro, habrán de tenerse presentes tanto por sacerdotes como por los fieles las siguientes indicaciones:
1. A partir de las 20 horas de día 28 de febrero no se nombrará al Papa en la Plegaria de la Misa, en el rezo de la Liturgia de las Horas o en otras oraciones.
2. Se recomienda la celebración de la Misa votiva: “Para elegir a un Papa o a un Obispo” del Misal Romano, siempre que no sea Domingo. Al encontrarnos en el tiempo de Cuaresma sepan que cuentan con la autorización requerida para ello.
3. Se hará una petición especial por el próximo Papa y el Colegio de Cardenales, hasta tanto se produzca su nombramiento, tanto en la Santa Misa, como en el rezo de la Liturgia de las Horas y otras oraciones.
4. Debe procurarse durante los próximos días, igualmente, exponer el Santísimo Sacramento a la adoración de los fieles y orar por las mismas intenciones.
5. Una vez conocida la designación del nuevo sucesor en la Cátedra de Pedro, serán echadas al vuelo todas las campanas en señal de alegría, adhesión y acogida a la persona del nuevo Papa, nombrándosele, desde ese momento, en la celebración de la Santa Misa, Liturgia de las Horas y demás oraciones.
6. Se invitará a los fieles a una solemne acción de gracias a Dios que se indicará oportunamente, una vez conozcamos al sucesor del Papa emérito, Su Santidad Benedicto XVI, tal como se le designará en adelante.
Les bendice con afecto en el Señor.
+Ramón del Hoyo López, Obispo de Jaén
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